
Para el hincha de Newell’s, la calidad del césped del Coloso del Parque es una garantía incuestionable. Sin importar la intensidad de las lluvias o las inclemencias del tiempo, el campo de juego del estadio Marcelo Bielsa permanece en condiciones óptimas para cualquier partido. Esta confianza no es casualidad, sino el resultado del trabajo incansable de Guillermo Fernández, el canchero que, desde hace más de 20 años, cuida cada detalle del césped de una manera casi artesanal, transformando la cancha en la envidia del fútbol argentino.
En una reciente entrevista, Guillermo Fernández, con una humildad admirable, compartió detalles sobre su labor y sus secretos para mantener el campo impecable. A pesar de ser un nombre poco conocido, su trabajo es crucial para que el Coloso luzca en condiciones perfectas, independientemente de las condiciones climáticas, tal como ocurrió recientemente en el partido de Copa Argentina entre Gimnasia y Boca.
Un Trabajo Bajo la Lluvia: La Lección a Boca
El pasado miércoles, previo al partido de cuartos de final entre Gimnasia y Boca, las fuertes lluvias hicieron dudar a muchos sobre la viabilidad del encuentro. Fernández, sin embargo, no titubeó. A pesar de que en Buenos Aires se había generado cierta incertidumbre, él estaba seguro de que el césped del Coloso aguantaría. “La gente de Boca pensaba que la cancha se iba a romper toda porque llovieron cerca de 50 milímetros a la tarde, pero les aseguré que el campo respondería de la mejor manera. Jugaron el partido y no se vieron marcas, a pesar de que, antes de empezar, ya habían caído 80 mm de agua. No había agua en ningún sector”, comentó Fernández con orgullo.
Tres Décadas de Pasión por el Césped
El amor de Fernández por su trabajo comenzó hace casi 36 años, cuando, según relata, empezó barriendo el patio del club y luego pasó al Liceo. Más tarde, tuvo la oportunidad de trabajar en el estadio junto a su hermano Alejandro, quien en ese entonces era el encargado del césped. «Mi hermano trabajó en la cancha durante 13 años y cuando tuve la oportunidad, pedí trabajar junto a él. Con el tiempo, lo reemplacé», recordó con nostalgia, mencionando a Alejandro, quien ya falleció pero dejó un legado que hoy él continúa.
La transformación del césped del Coloso, que hoy es una referencia a nivel nacional, comenzó hace casi 30 años. Fue en 1996, durante la presidencia de Eduardo López, cuando Fernández llevó adelante una renovación profunda de la cancha. “Si no le hubiéramos hecho ese trabajo, el césped no respondería. Esta cancha la hice yo, hicimos todos los drenajes, y desde entonces, el agua se escurre sin problemas gracias a la inclinación que le dimos, con una caída de 15 centímetros desde el centro del campo hasta los laterales. Ese es uno de los secretos”, confesó.
Experiencia y Conocimiento al Servicio del Fútbol Argentino
El conocimiento y la experiencia de Guillermo Fernández no solo benefician a Newell’s, sino que también han sido consultados por otros equipos del fútbol argentino. En su momento, equipos como Colón y Unión buscaron su asesoría para mejorar las condiciones de sus propias canchas, y su experiencia también se ha extendido a campos en distintas localidades, como San Jorge y Arteaga. Sin embargo, para Fernández, la clave de su éxito no radica en una fórmula mágica, sino en la dedicación y el aprendizaje constante. “Uno va aprendiendo con el tiempo, pero te tiene que gustar. Hay que ponerle voluntad e inteligencia porque uno aprende todos los días. Cualquier asesoramiento que nos ofrecen lo tomamos; te guste o no, hay que escuchar”.
Su dedicación ha hecho que el Coloso se convierta en una opción de preferencia para la AFA en partidos importantes, como definiciones de copa o encuentros donde se juegan descensos. La razón es sencilla: la cancha de Newell’s ofrece mínimas probabilidades de suspensión debido a las condiciones del césped, que responde bien a cualquier tipo de clima. “En AFA tienen muy en cuenta el césped del Coloso. Desde que se hizo la cancha nueva nunca se suspendió un partido, y eso tiene que ver con la forma que tiene la cancha”, afirmó con orgullo.
El Arte de Mantener un Campo de Juego Impecable
El trabajo de Guillermo Fernández no es fácil ni rápido. Requiere un mantenimiento constante y meticuloso. Para mantener el césped en óptimas condiciones, se realiza un corte diario, especialmente en la época de mayor crecimiento. “Si la cancha está en mal estado, hay que trabajar para que esté bien, y después hay un mantenimiento diario. Estamos en una etapa en la que se le hace un corte diario al césped porque crece mucho. Al pasto cuanto más lo cortás, más crece, ese es otro de los secretos”.
También destaca la importancia de saber cuándo cambiar de césped según la estación. Fernández utiliza gramilla en verano, mientras que el Ryegrass, un pasto de invierno, se siembra en otoño, cuando bajan las temperaturas. Este manejo adecuado de los tipos de césped contribuye a la durabilidad y resistencia de la cancha, permitiendo que soporte numerosos partidos y entrenamientos sin perder calidad.
Un Legado en Marcha
Guillermo Fernández no solo dedica su vida a cuidar el campo de juego, sino que también está transmitiendo sus conocimientos y pasión a sus hijos, David y Enzo, quienes ya trabajan en las canchas de primera división de Bella Vista. Aunque está cerca de la jubilación, Fernández no planea retirarse del todo. Su objetivo es seguir trabajando mientras su cuerpo lo permita y, cuando llegue el momento, dejar que sus hijos continúen el legado que inició hace casi cuatro décadas. “Estoy cerca de jubilarme, pero mientras me dé el cuerpo, quiero seguir trabajando. Ojalá que cuando me vaya, ellos sigan mi trabajo”, expresó.
Guillermo Fernández es, sin duda, una pieza fundamental en el éxito y la continuidad de los partidos en el Coloso del Parque. Su historia es la de un profesional que, sin buscar notoriedad, se ha ganado el respeto y admiración de quienes conocen el esfuerzo que demanda su oficio. Y gracias a él, el hincha de Newell’s puede decir con orgullo que, pase lo que pase, el Coloso siempre estará listo para recibir a su equipo.