Adiós a Omar Palma: Rosario llora a su ídolo eterno

Este martes, Rosario se tiñó de luto tras conocerse el fallecimiento de Omar Arnaldo Palma, una leyenda de Rosario Central. El “Negro”, quien a lo largo de su carrera dejó una huella imborrable en el fútbol argentino, murió a los 66 años luego de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) hemorrágico que lo mantuvo una semana internado en el Hospital Italiano de Rosario. La ciudad, y en particular el pueblo canalla, despiden a uno de sus máximos referentes, cuya historia está marcada por goles, títulos y una profunda conexión con la camiseta auriazul.

Palma sufrió el ACV el lunes pasado mientras compartía mates con uno de sus nietos en su hogar en Ybarlucea. Rápidamente fue trasladado al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, y posteriormente al Hospital Italiano, donde fue sometido a una cirugía compleja. Durante su internación en la Unidad de Terapia Intensiva, su estado crítico no dio margen a mejoras y su fallecimiento fue confirmado en la noche del lunes.

Un adiós que trasciende colores

El impacto de la partida de Omar Palma no solo tocó a los hinchas de Rosario Central, sino que también fue sentido por aficionados de Newell’s y de otros equipos. En redes sociales, fanáticos de diferentes clubes expresaron su dolor y respeto por un hombre que fue más allá de la rivalidad futbolística. El Negro Palma fue, ante todo, un referente del fútbol argentino y un símbolo de humildad y entrega dentro y fuera de la cancha.

El inicio de una carrera brillante

Omar Arnaldo Palma nació el 12 de abril de 1958 en Campo Largo, Chaco. Desde su llegada a las divisiones inferiores de Rosario Central, su talento fue innegable, aunque en un principio no contaba con el protagonismo que merecía. Fue Marcelo Pagani quien finalmente le dio la oportunidad de mostrar su clase, y el Negro no defraudó. Su debut oficial llegó el 21 de octubre de 1979, en un empate 1-1 contra Boca Juniors bajo la dirección técnica de Ángel Tulio Zof.

Palma no tardó en hacerse notar. Su primer gol en Primera División fue inolvidable: un potente disparo desde afuera del área en la final de ida del Torneo Nacional de 1980, en la que Central goleó 5-1 a Racing de Córdoba, resultado que prácticamente aseguró el título para el equipo de Arroyito.

Palma, el héroe de los momentos difíciles

El Negro Palma no solo fue un líder en los momentos de gloria, sino también en las épocas más duras. Cuando Rosario Central descendió en 1984, Palma no abandonó el barco. A pesar de sufrir una lesión que lo mantuvo alejado de gran parte del torneo, su regreso fue clave en la campaña de 1985, donde el equipo canalla obtuvo el ascenso a Primera División. Palma marcó 10 goles en esa temporada, incluyendo uno en el empate crucial ante Villa Dálmine, que selló el regreso de Central a la máxima categoría.

La reestructuración del calendario llevó a que Central pasara sin actividad oficial el primer semestre de 1986, durante el cual Palma fue cedido a Colón. Sin embargo, su regreso al Gigante de Arroyito para la temporada 1986-87 fue épico. Con Ángel Zof nuevamente en el banquillo, Central se consagró campeón de Primera División, siendo Palma su figura estelar y goleador con 20 tantos, incluido el penal decisivo en la última fecha ante Temperley, que selló la vuelta olímpica.

El Negro que trascendió fronteras

El rendimiento de Palma despertó el interés de varios clubes. En 1987, River Plate lo incorporó a sus filas, donde ganó la Copa Interamericana ese mismo año. Luego de su paso por el club millonario, continuó su carrera en el fútbol mexicano, defendiendo la camiseta del Veracruz durante tres temporadas.

Sin embargo, el vínculo de Palma con Rosario Central era inquebrantable, y en 1992 regresó a casa para vivir su último ciclo como futbolista. Bajo la dirección técnica de Pedro Marchetta y luego de Ángel Zof, Palma fue parte fundamental del equipo que en 1995 alcanzó la gloria internacional al conquistar la Copa Conmebol. En aquella mítica final contra Atlético Mineiro, Palma convirtió el primer penal de la serie que le dio el título a Central tras remontar un 0-4 en la ida, en Brasil.

Un legado eterno

El Negro Palma disputó un total de 390 partidos con Rosario Central, ubicándose como el tercer jugador con más presencias en la historia del club. Anotó 64 goles, siendo algunos de ellos icónicos, como el tiro libre ante Newell’s en 1995 que decretó el 2-0 en el Gigante de Arroyito. Además, se retiró del fútbol profesional a los 40 años, convirtiéndose en el jugador más longevo en vestir la camiseta canalla.

Tras su retiro, Palma continuó vinculado a Central, trabajando como coordinador de divisiones inferiores y dirigiendo a la cuarta y quinta división del club, donde ayudó a formar a futuros talentos como César Delgado y Luciano Figueroa. También tuvo un breve paso como entrenador del primer equipo en 2011.

Más allá del fútbol, Palma dejó su huella en la comunidad. Entre 2005 y 2009, fue jefe comunal de Ibarlucea, lugar donde residía y que lo vio convertirse en un referente también fuera de las canchas.

El ídolo inmortal

La muerte de Omar Arnaldo Palma deja un vacío enorme en el corazón de los hinchas de Rosario Central y de todos aquellos que aman el fútbol. Su nombre quedará por siempre asociado a la grandeza, no solo por sus logros dentro de la cancha, sino también por su humildad, su liderazgo y su pasión por el deporte.