La selección argentina volvió a la acción en las eliminatorias para el Mundial con una contundente victoria por 3-0 sobre Chile, un resultado que marca el inicio de una nueva etapa en el fútbol argentino, post-Ángel Di María y Lionel Messi. Aunque el Monumental no tuvo el mismo fervor de épocas anteriores, el desempeño de la albiceleste dejó claro que el equipo de Scaloni está listo para afrontar los desafíos sin sus viejos referentes.
El homenaje a los ídolos y el nuevo orden
En un gesto simbólico, las camisetas 10 y 11, las históricas de Messi y Di María, fueron lucidas por Paulo Dybala y Giovani Lo Celso, respectivamente. Aunque Messi y Di María no estuvieron en el campo, la presencia de estas camisetas en el banco de suplentes subrayó el cambio generacional que se está produciendo en la selección. Dybala y Lo Celso, al asumir esos números, representan la transición hacia una nueva etapa para el fútbol argentino.
Una noche con menos intensidad pero con dominio argentino
El regreso a las eliminatorias, tras una pausa desde noviembre del año pasado, no tuvo la misma intensidad que otros partidos de clasificación. Esto se debió en parte al formato del torneo sudamericano, donde seis equipos clasifican directamente al Mundial y uno más va al repechaje, reduciendo la tensión en cada partido. Además, la falta de un público completamente lleno, debido a las sanciones y los altos precios de las entradas, contribuyó a una atmósfera menos vibrante.
En el contexto de un estadio menos lleno y una audiencia televisiva limitada, con la TV Pública excluyendo la transmisión del partido, el equipo argentino se mostró sólido y dominante. Rodrigo De Paul, quien podría convertirse en el nuevo capitán de la selección, dirigió el juego con maestría, y la selección mostró que puede mantenerse a un alto nivel incluso sin sus estrellas habituales en el campo.
Chile y su difícil camino en las eliminatorias
Chile comenzó el partido consciente de que una derrota podría significar el fin de sus posibilidades de clasificación. Sin embargo, el equipo dirigido por Ricardo Gareca no logró evitar la derrota y se encuentra en una situación complicada en la tabla de posiciones. La falta de renovación en el plantel chileno ha sido evidente, en contraste con el dinámico recambio argentino que sigue produciendo talento de primer nivel.
Scaloni y su estrategia para una nueva era
Lionel Scaloni, en su enfoque táctico, decidió alterar la línea defensiva que había usado en la Copa América. Optó por una línea de tres con Nicolás Otamendi y un mediocampo más poblado, junto con dos delanteros, Lautaro Martínez y Julián Álvarez. Esta estrategia resultó efectiva y permitió a la selección argentina imponer su dominio sobre Chile.
El primer gol llegó gracias a una combinación entre Martínez y Alexis Mac Allister, quien abrió el marcador en el inicio del segundo tiempo. Luego, Julián Álvarez amplió la ventaja con un remate desde fuera del área, y en los minutos finales, el cordobés Matías Suárez selló el resultado con otro gol.
Un nuevo capítulo para Argentina
El partido contra Chile fue más que una simple victoria; fue una declaración de intenciones para la selección argentina en esta nueva etapa sin Messi y Di María. La presencia de estos íconos en el homenaje y el video de despedida desde Miami destacaron el impacto de su legado, pero también dejaron claro que la selección está lista para avanzar con un nuevo grupo de jugadores.
La goleada a Chile no solo fue una demostración de poder, sino también un indicio de que el fútbol argentino continúa su evolución, con nuevos talentos listos para tomar el relevo y mantener los altos estándares que han caracterizado al equipo a lo largo de los años.