Central en la cuerda floja: el equipo de Lequi no encuentra el rumbo

Rosario Central continúa atravesando un mal momento en la Liga Profesional de Fútbol, donde las esperanzas de revertir su situación se desvanecen con cada partido. La reciente goleada a Vélez Sarsfield, que había hecho soñar a los hinchas, se siente lejana y sin efecto en el ánimo de un plantel que se muestra errático y sin respuestas. La figura de Matías Lequi, al frente del equipo, se encuentra bajo la lupa, ya que el rendimiento de sus dirigidos deja mucho que desear y la falta de soluciones es evidente.

Una caída sin retorno tras la ilusión inicial

Después de un prometedor comienzo de 2024, donde Central fue protagonista en el torneo, el equipo ha ido en picada desde su eliminación en la Copa Sudamericana. La reciente igualdad 1-1 ante Banfield, un rival que lucha por evitar el descenso, dejó entrever la falta de convicción y eficacia del conjunto rosarino. Lequi no logra encontrar la tecla que despierte a su equipo, que parece desinflarse en momentos clave, sin la capacidad de responder a la presión.

Al igual que su predecesor, Miguel Ángel Russo, Lequi ha optado por no agotar las variantes en el banco, lo que ha generado descontento entre los aficionados. Ante Banfield, sus cambios fueron mínimos y no lograron modificar el rumbo del partido. La falta de ambición en la propuesta táctica es preocupante, sobre todo en un contexto donde la necesidad de puntos es imperiosa.

Un esquema que se resiste a cambiar

Lequi se aferra al esquema de su antecesor, manteniendo un doble cinco con tres volantes ofensivos y un solo punta. Sin embargo, la falta de producción ofensiva es alarmante. Enzo Copetti, uno de los delanteros más esperados, no ha podido traducir su esfuerzo en goles, lo que llevó al entrenador a probar con Marco Ruben. El experimentado delantero, que ha sido un baluarte en momentos difíciles, mostró destellos de calidad al anotar un gol que fue anulado por el VAR, dejando a Central con la sensación de que el resultado pudo haber sido diferente.

El técnico también ha desplazado a Mauricio Martínez al banco, dejando de lado a uno de los referentes del equipo, en un intento por encontrar un equilibrio que se le escapa de las manos. El cambio de Ortiz por Jonatan Gómez, un jugador de mejor técnica, no resultó en un aumento significativo del rendimiento del equipo. Aunque se intentó reforzar el ataque con la inclusión de un doble nueve, la falta de claridad en los últimos metros se volvió a hacer evidente.

Reacciones tardías y decisiones cuestionables

El juego de Central se siente plano y carente de ideas. Lequi parece dudar en sus decisiones, lo que se traduce en una falta de respuesta efectiva ante situaciones adversas. La inclusión tardía de Gaspar Duarte, un jugador que ha mostrado buen rendimiento en oportunidades anteriores, refleja una gestión poco dinámica de los cambios, que podrían haber sido la clave para desbloquear el encuentro contra Banfield.

Los jugadores que alguna vez fueron fundamentales, como Lautaro Giaccone y Maximiliano Lovera, han perdido terreno en la consideración del técnico, lo que habla de una profunda crisis de confianza dentro del plantel. La llegada de Jaminton Campaz, aunque bienvenida, no ha logrado impactar de manera significativa en la dinámica del equipo. Las decisiones de Lequi, lejos de dar resultados, generan más dudas y preguntas sobre su capacidad para revertir la situación.

El efecto post-Copa Sudamericana

Desde la eliminación en la Copa Sudamericana, Rosario Central ha entrado en un ciclo de resultados inconsistentes: ganar, perder, empatar y volver a perder, creando un clima de incertidumbre en torno al futuro del club. La ambición de clasificar nuevamente a competiciones internacionales parece alejarse con cada jornada, a medida que el equipo pierde terreno en la tabla de posiciones. La falta de un proyecto claro y la incapacidad de los jugadores para mantener un rendimiento constante han llevado a una situación crítica que necesita ser abordada urgentemente.

¿Quién es el verdadero responsable?

La pregunta que queda en el aire es: ¿Hasta qué punto es responsabilidad del técnico y hasta dónde recaen las críticas en los jugadores? Las actuaciones individuales y colectivas no han estado a la altura, y aunque Lequi tiene su parte de culpa, el compromiso y el nivel de los futbolistas deben ser igualmente evaluados.

Central se encuentra en un momento decisivo, donde las decisiones tomadas en los próximos partidos pueden determinar el rumbo del equipo en el resto del torneo. Los hinchas esperan una reacción que, hasta ahora, no ha llegado, y la presión aumenta con cada jornada que pasa sin sumar de a tres.